ATUENDOS DE GABARDINA
tiembla el mar bajo el cielo plomizo sin atuendos de gabardina. Tu te tumbas en la arena aún
caliente de océanos de tinta china; estás tan lejos como el borde de los acantilados que ríen a
carcajadas en la orilla de un horizonte mágico como las cuerdas de un piano inverosímil; estás
tu tan lejos como ese despertar incierto de los amantes; barcas que caen desde tus ojos de lluvia,
sin prisa.
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